La lluvia, al caer, se distribuye por toda la tierra: una parte será aprovechada por las plantas, otra parte hará que los caudales de los ríos se incrementen por medio de los barrancos y escorrentías que, a su vez, aumentarán las reservas de pantanos y de embalses, y otra parte se infiltrará a través del suelo, y discurriendo por zonas de texturas más o menos porosas formará corrientes subterráneas que irán a parar, o bien, a depósitos naturales con paredes arcillosas -que constituirán los llamados yacimientos o pozos naturales-, o acabarán desembocando en el mar. La última parte se evaporará antes de llegar a la superficie por acción del calor del sol, y volverá a caer sobre la tierra en forma de lluvia.
Os escribo desde mi mesa al lado de la ventana (no sé si tirarme o quedarme aquí sentada por cierto, ¡qué aburrimiento!). Aburrida veo señoras viejas con paraguas y tacón, bolsas del corte inglés, chubasqueros y un cielo gris empapado que no deja ver al sol ni a sus manchas...
1 comentario:
viva!
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