No lo recuerdo pero me lo han contado. Nací un 15 de febrero, pero no era domingo sino viernes. Mi madre era una chica de veintidós años y enamorada aún. Un agente guardia civil fue asesinado ayer en un atentado, y mañana se inaugurará el aeropuerto de Vitoria. No hacía un día especialmente soleado y bonito, ese quince de febrero, sólo era un día de invierno.
Nací llorando, creo. Entonces quiere decir que ya nací enfadada con el mundo.
Me parecía a mi padre.
(Él, supongo, también estaba presente, y sonreía).
2 comentarios:
Algo similar me ocurrió, oiga.
Qué asco que de primeras te pidan llorar para tener aceptación social.
Pero, digo yo, es normal.
Bueno, hay quien no llora al nacer, es entonces cuando te dan la palmadita para, siquiera, oir tu voz. Eso le pasó a tu hermano... y sigue tan tranquilo, el chico, je je.
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