Ayer asistí a la retransmisión en directo de la ópera proyectada desde el Liceu de Barcelona, "Les noces de Figaro", de Wolfgang Amadeus Mozart. Me pareció espectacular.
La ópera que dió salto en la historia de este género a partir de entonces.
Desde mi humilde ventana cibernética quiero decir que aplaudo un diez a Lluís Pasqual por la escena, me pareció acertadísima, con su versión años treinta que no es favorable a la versión original pero tampoco la contradice en nada, es la misma historia incluso puede hacerse más coetánea a nuestra realidad. La iluminación también un diez, aunque he leído críticas negativas, me pareció que fué totalmente acorde a los personajes y a cada necesidad del momento en la obra. Qué decir de los cantantes, ésta no es una ópera de sencilla interpretación, pero los personajes de ayer en el Liceu hicieron también de grandes actores. Nunca me había reído durante una ópera y Las bodas de Fígaro ayer lo consiguió. Y por supuesto... un sin la música de Wolfgang este espléndido libreto de da Ponte de la obra original de Beaumarchais no sería más que el argumento de una complicada y divertida trama a la que le faltaría la elegancia, la brutal expresividad de cada personaje, la ironía más hilarante o la melancolía más pesarosa.
Mozart tenía un don, y escribía 27 conciertos para piano como el que escribe 27 palabras que empiecen por Z, y algunas de sus doscientas y pico obras pueden incluso parecer monótonas (era el oficio que tenía), pero dio un vuelco musical sobre todo con sus óperas. ¡Y pensar que fue arrojado a una fosa común, pobre y miserable! Si ahora un compositor tuviera que escribir 27 conciertos para piano al estilo moderno de Schöenberg por ejemplo, lo tendría mucho más complicado. Pero con esto no quito méritos a un gran artista como fue Mozart, que era un artista en una época en que los artistas no existían, eran músicos al servicio de la aristocracia. Eso lo comprendieron Bach, Scarlatti, Haydn o Salieri , pero Mozart no, él quiso que se le reconociera, pero sólo le burlaron, a pesar de reconocer su talento. Murió y hasta al cabo de cincuenta años uno no se empezó a interesar por su legado.
La ópera tuvo un éxito crucial desde su estreno a pesar de que es una gran crítica social (los protagonistas son los dos criados de los condes que se casan, y todos luchan contra las intenciones del conde, que es aplicar el derecho de pernada con la criada). La historia es un lío con un montón de personajes e historias mezcladas, pero es un lío divertidísimo, propio de la ópera buffa , la esteriotipada obra musical ambulante que por aquél entonces hacía reír a la gente, Mozart la usó a lo grande, con una composición impecable, unas arias dramáticas bestias junto a situaciones irónicas con hasta trece personas en el escenario… ¡¡cantando a la vez!! , no sé cómo deciros... con los pelos de punta. Tres horas y media y no le sobra una nota, (como decía Mozart).
Si habéis de ir alguna vez en vuestras vidas a una ópera, hay que elegir una ópera mozartiana :)
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