Si puedes estar firme cuando a tu alrededor
todos se ofuscan y tachan tu entereza,
si cuando todos dudan, confías en tu valor,
y a la vez sabes excusar su flaqueza;
Si puedes esperar y a tu afán poner brida,
o siendo blanco de mentiras, esgrimir la verdad,
o siendo odiado, al odio no darle cabida,
y ni ensalzas tu juicio, ni ostentas tu bondad;
Si sueñas, pero el sueño no se torna tu rey;
si piensas, y el pensar no mengua tus ardores;
si el triunfo y el fracaso no te imponen su ley
y los tratas lo mismo, como a dos impostores;
Si puedes soportar que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados,
y mirar destrozada tu adorada quimera,
y tornar a forjarla con útiles mellados;
Si entre la turba das a la virtud abrigo;
si marchando con reyes, del orgullo has triunfado;
si no pueden herirte ni amigo ni enemigo;
si eres bueno con todos, pero no demasiado,
y si puedes llenar los preciosos minutos
con sesenta segundos de combate bravío,
tuya es la Tierra y sus preciosos frutos,
y lo más importante, serás persona, hijo mío.
Rudyard Kipling
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