El fútbol tiene hasta un espacio de media hora en el telediario, prensa especializada, canales 24 horas. Supera con creces en audiencia cualquier otro espectáculo deportivo que se pueda llamar así, no es, como yo creía, simplemente un deporte. Un fenómeno de masas como una religión, la gente se pinta la cara, siente euforia, se celebra como nunca cuando se gana, se sufre cuando se ha perdido. A veces afecta hasta el punto de generar violencia y fanatismo. El fútbol es un negocio que mueve millones de euros como en ningún otro espectáculo de entretenimiento, por el fichaje de un jugador. La gente se reunirá para seguir los pasos de los jugadores, unos acudirán al campo, otros estarán allí, cámaras, prensa, y si es importante, como el pasado, hasta el rey y la reina. El método por excelencia para olvidar las tensiones sociales, la crisis, el paro, la vivienda u otros problemas, todo el mundo descarga sus energías mirando un partido, sufriendo con los jugadores o animándolos a través de una pantalla, alivio efímero que se ha convertido en un fenómeno mundial que se vive aquí y en el otro lado del mundo, incluso en los países menos desarrollados.
Cuando el partido es entre dos comunidades enfrentadas social o políticamente se convierte en el espectáculo nacional por excelencia que dictará una sentencia. En el caso del ganador, el 90% de los ciudadanos saldrán a la calle, gritando, cantando, subiéndose a los camiones, con banderas, camisetas, tirarán petardos, pegarán a las persianas, se hará una auténtica revolución como si se tratara de la independencia. Se celebra como en ningún otro ámbito se ha hecho una fiesta, claro que en España cualquier excusa es válida para montar una juerga. Las bocinas de los coches se oirán hasta las dos de la madrugada... Para el caso del perdedor habrá sido una mala pasada, la mala suerte, el cabrón del árbitro, decepción, depresión, para casa.
Representaciones comerciales y publicidad, patrocinadores, retransmisiones, millones de espectadores, reporteros de radio y televisión y un sinfín de movidas varias para promocionar un partido, y consigue llegar, por ridículo que parezca, a todas las personas sin distinción socioeconómica ni cultural. Ninguna otra competición se puede igualar a lo que ha generado el fútbol, una pasión que aunque no me afecte, estoy intentado comprender.
Bueno en todo caso, qué hago yo hablando de fútbol en el blog.
3 comentarios:
Ni mas ni menos! El fútbol es el actual opio del pueblo...
Me ha gustado mucho!
Muy bueno el artículo!
El fútbol es el actual opio del pueblo...
está claro que el fútbol es hoy para nosotros lo que los torneos de gladiadores eran para los romanos: un modo fácil de entretenerse y de olvidarse de los problemas mundanos. pero tb es verdad que el Barça es para los catalanes lo que Máximo Décimo Meridio para los esclavos: una forma de levantarse contra el opresor (el opresor histórico)! ;)
Publicar un comentario