Unos proclaman la tierra que les fue arrebatada hace tres mil años, la Tierra Prometida de Abraham.Otros proclaman la inexistencia en Palestina de una sola piedra que demuestre que los judíos habitaron allí antes de la llegada del Islam.
Y la minoría cristiana sigue considerándola la Tierra del Mesías.
Antes de que las grandes potencias externas intervinieran, allí vivían en Paz. Pero Occidente quiso sacarse de encima los judíos y concederles a todos un territorio con mayoría árabe, cuando ellos, los árabes, nada habían tenido que ver con los crímenes nazis. Los británicos se lavaron las manos abandonando su mandato.
Unos ya no se marcharán de allí, ahora que pueden presumir de una tierra. Los otros no podrán estar toda la vida arrinconados, y entre todos no se hace más que alimentar el odio. Esperamos una solución que aunque sea a largo plazo reestablezca la paz. No es algo que se pueda conseguir de brazos cruzados, pero podemos empezar por poner en duda todo lo que salga en el telediario.
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