Con veintinueve años y cuatro de haberse lanzado a la piscina con un primer álbum, ya ha tenido tiempo de viajar por todo el mundo haciendo giras, y anoche nos sorprendió con la guitarra y su voz tenue, a veces solo, otras acompañado. Su música es sencilla, yo diría introvertida, y vulnerable, a veces tan dulce que parece pesimista, y otras canciones son más divertidas, con ritmos más acelerados y acompañando a su guitarra clásica, que domina a la perfección. Ha colaborado con otros artistas, y entre sus fuentes de inspiración encontramos artistas como Elliot Smith y Nina Simone.
Es de Suecia, pero su padre es de Argentina y de ahí su nombre y su acento en español. Dijo, en el palau, entre canción y canción, que no había visto un techo más bonito. Desgraciadamente algunos que no saben estar se dedicaron a hacer unas cuantas fotos con flash estropeándonos por momentos el escenario y se oyeron algunos gritos de gente que no se comporta ni en el palau, supongo que de la emoción... La gente que había era de lo más variopinta, y de todas las edades. Una asquerosa y gorda guiri que se sentó a mi lado mandó callarme, ¡¡sólo hablé una vez y acaba de comenzar la canción!! Y luego ella le gritaba al de atrás emocionada con su asqueroso inglés cursi delante de mi cara, subnormal. (Quería desahogarme). Pero la verdad es que ha valido la pena pagar 35 € si es para disfrutar de un concierto así y más si es en el Palau de la música.
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