Saramago (1922-2010) se llevó consigo al féretro el Memorial do convento entre sus manos. Curiosamente es el único libro (de momento) que leí del autor y me pareció una gran y hermosa novela. En ella se cruzan dos historias. La historia de la construcción del convento de Mafra por órdenes del rey absolutista Juan V y en la que cientos de hombres trabajan como un ejército de hormigas sin descanso, donde muchos mueren, pero con la gracia de haber participado en la construcción de un edificio para el servicio a Diós... Y la miseria de una historia "histórica" bastante detallada e interesante se entremezcla con una bonita historia de amor, la de Baltasar y Blimunda, o Sietesoles y Sietelunas; dos humanos que destacan por su belleza, no la física, sino la sentimental. Él un ex-soldado manco de la mano izquiera, modesto y bueno, ella, una mujer campesina vestida con remiendos que tiene el don de saber ver a las personas por dentro, y cuyo atractivo físico se presupone a partir de su generosidad. No tienen hijos, pero se quieren de la manera más humana y cotidiana, comen de la misma cuchara, se abrazan a los sesenta en plena plaza, se escuchan y se acompañan. El cura Bartolomeo Lourenço representa un visionario para su época, que quiere construir una máquina para volar, y contará con la ayuda de la pareja. ¿Lo conseguirá? ¿cómo reaccionará la Iglesia? Y además aparece de segundas un gran compositor, Domenico Scarlatti, tocando sonatas en la noche. Lo recomiendo a todas las personas que tengan ganas de leer una buena novela, pero con atención! porque Saramago no pone signos de puntuación.
Pero seguro que Saramago no se queda solamente entre los libros. Ha sido un polémico para algunos, pero un sabio, un filósofo, un crítico, y periodista, y poeta, y dramaturgo, un soñador.
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