Dieron el pasado 16 de junio en la 2 un documental sobre la guerra civil. Unos arqueólogos estaban desenterrado una de las tantas fosas comunes que debe haber con cadáveres de muchachos muertos, y salió una viejecita preguntándose Por qué? a unos muchachos del pueblo que mataron... por qué los mataron? Estoy esperando a que alguien venga a explicarnos por qué. Por qué se hacen las guerras? Dios no quiere guerras, por mucho que digan que son santas o por algo santo. No, eso es cosa de los humanos". Unos arqueólogos explicaron que desgraciadamente muchos de ellos siguen trabajando en desenterrar cuerpos, aquí, en Bosnia, en Croacia... han estado trabajando siempre casi exclusivamente para eso. Hay otras viejecitas y viejecitos explicando sus recuerdos, y opinando que seguro que en los archivos militares pone dónde están sus familiares enterrados... pero no se lo quieren decir. Encontraron un esqueleto, y la viejecita al verlo dijo “Ése de ahí es mi hermano”. Fue bonito que recordara la mancha de su frente, la altura, y esa mirada que tenía, aunque imposibles a partir de un esqueleto, fruto de su enorme ilusión por encontrarlo. A su madre que se moría se lo prometió, que encontraría a su hermano. Pero después, las pruebas de ADN confirmaron que ninguno de ellos era de su familia. Y la pobrecita lloraba ante las cámaras de la desilusión.
Es una vergüenza que en este país, la gran mayoría de nosotros, mal-educados sobre la guerra franquista hasta por lo menos los noventa, no sepamos apenas nada sobre este tema, y que a día de hoy todavía se niegue el rotundo derecho de las víctimas directas e indirectas y sus familiares a un juicio justo, y a un entierro digno para los que lo desean. Se ande todavía con reticencias sobre cuál fue el bando malo -cuando debería estar claro- sin reconocer la puñetera realidad. Por no recordar la terrible querella contra el único juez que se atrevió a investigar el tema. Qué desafortunado está todavía el mundo español, lleno de hipócritas que rechazan reconocer acontecimientos históricos, y donde todavía muchos creen en la gran mentira (como dijo Tólstoi) del amor a la patria! Los fallecidos durante la Guerra Civil fueron olvidados poco a poco. Primero porque el régimen franquista lo impedía, después la transición española pidió paciencia y finalmente se argumenta que es tiempo de olvidar y perdonar.
Pues yo estoy con la nonagenaria del documental “Siempre días azules” (en alusión al último verso de Antonio Machado): Hasta que no se levante la tierra no tendremos paz.
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