La fiesta de la libertad comenzó en Berlín a las siete de la tarde. El centro de la ciudad estaba adornado por un falso muro de fichas de dominó hechas de corcho blanco, de 2,5 metros de altura, cada una pintada de forma diferente.
La canciller Angela Merkel presidió la ceremonia. Tampoco faltaron protagonistas de la época, como el jefe de Estado de la desaparecida Unión Soviética Mijaíl Gorbachov, sentado en la tribuna junto al entonces ministro alemán de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher. El presidente alemán, Horst Köhler, se refirió al 9 de noviembre de 1989 como la fecha de "un cambio de época hacia la libertad y la democracia". El mundo, en eso coincidieron todos, "cambió aquel día".
Recordaban ayer la victoria del sistema capitalista, que tuvo lugar este mismo día hace 20 años. Además, los discursos de Merkel y del alcalde-gobernador de Berlín, Klaus Wowereit, así como las palabras del director de la Staatskapelle (la orquesta de la ópera estatal de Berlín), Daniel Barenboim, recordaron el suceso luctuoso cuyo aniversario se conmemoraba también ayer: el pogromo antisemita conocido como la Noche de los cristales rotos, en 1938, cuando la turba nazi comenzó una espiral de violencia que culminaría en el Holocausto. La Staatskapelle tocó para recordarlo Un superviviente de Varsovia, del compositor judío austriaco Arnold Schoenberg. Barenboim había abierto la fiesta con piezas de Wagner, Schoenberg, Beethoven y Friedrich Gold, y anunció una sorpresa: Plácido Domingo cantó la tonada Berliner Luft (El aire berlinés) del compositor de Berlín Paul Lincke, una especie de himno popular de la ciudad. El público compartió la alegría con la tribuna, donde Merkel, Genscher y los demás invitados demostraron su alegría batiendo palmas. A Plácido Domingo le pidió el público un bis, que concedió junto a la Staatskapelle. La satisfacción de los berlineses era palpable.
No muy lejos, en la Luisenstrasse, Marius y Catarina, nacidos en 1991, celebraban la caída del Muro refugiados con una botella de sidra. Viven en Potsdam, en el antiguo Berlín Este. Ella es del Oeste; él, del Este. ¿Diferencias? "Alguna habrá, pero es cosa de nuestros padres". El Muro sólo lo conocen a través de los libros.
Fuente: El país.
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