Ahora entre las pequeñas callejuelas próximas a la rambla del Raval, el monasterio de Sant Pau del Camp, construído antes del año 911, se situaba en las afuertas de las murallas de la ciudad y por lo tanto, en medio del campo de Barcelona (un campo que ocupaba la falda de Montjuic hasta llegar a las Ramblas -que eran una riera-). Al lado había un pequeño cementerio que hoy ha quedado enterrado debajo de un parque infantil. Es el único monasterio románico que conserva la ciudad, y ha permanecido a lo largo de los años entre medio de edificios y calles de cimiento, escondiendo su existencia ante la ignorancia de los ciudadanos de la actualidad.
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Ésto y otros muchos puntos de interés sobre la historia de la ciudad de Barcelona se descubren a través de una ruta literaria a la que asistí este sábado, que basa su recorrido en relatos del libro "La ciudad sin tiempo", de Enrique Moriel.
Muy recomendable.
1 comentario:
La ciudad de los prodigios de Mendozá. Indispensable. Más si se vive y se quiere a Barcelona.
Ivan
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