lunes, 27 de abril de 2009

"Una vez en un poema"

Los poemas no se parecen a los cuentos, ni tan siquiera cuando son narrativos. Todos los cuentos tratan de batallas, de un tipo o de otro, que terminan en victoria y derrota. Todo avanza hacia el final, cuando habremos de enterarnos del desenlace. Indiferentes, los poemas cruzan el campo de batalla, socorriendo al herido, escuchando los monólogos delirantes del triunfo y del espanto. Procuran un tipo de paz. No por la hipnosis o la confianza fácil, sino por el reconocimiento y la promesa de que lo que se ha experimentado no puede desaparecer como si nunca hubiera existido. Y sin embargo, la promesa no es la de un monumento (¿Quién quiere monumentos en un campo de batalla?) La promesa es que el lenguaje ha reconocido, ha dado cobijo, a la experiencia que lo necesitaba, que lo pedía a gritos. Los poemas están más cerca de las oraciones que de los cuentos.
(...)


Mi corazón nació desnudo
y fue envuelto en canciones de cuna.
Más tarde, ya solo, llevó
poemas por ropa.
A modo de camisa
cubrían mi espalda
los poemas que había leído.

Así viví durante medio siglo,
hasta que nos encontramos y no hubo necesidad de palabras.

Por la camisa colgada en el respaldo de la silla
Sé esta noche
Cuántos años
De aprender de memoria
Te he esperado.

***

"Una vez en un poema"
Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos.
John Berger.

martes, 21 de abril de 2009

(Para Dani)

A veces me gustaría escribir un libro
Todo un libro acerca del tiempo
Acerca de su inexistencia
De cómo el pasado y el futuro
Son un presente eterno.
Creo que todas las personas –las que viven
Las que han vivido
Y aquellas por vivir todavía- están vivas.
Quisiera desmontar el tema
Como un soldado que desarmara su fusil,

Yevgeny Vinokurov.
***
Ayer, indignada,
te habría escrito triste preguntándote a tí y al mundo
Por qué, Cómo se te ocurrió esto. Te hubiera gritado,
como todos, que había otra solución.
¿No ves que así ya no es posible hacer nada?
No vas a ser Devuelto.
Hoy, resignada,
(como todos tus amigos),
no me queda otra que aceptar tu decisión
y decirte,
que faltas en el Born.
Que siempre te recordaremos.
***

martes, 14 de abril de 2009

Hablando del Universo

-Al final de una conferencia acerca de las estrellas de nuestra galaxia, una anciana se levantó del fondo de la sala y dijo: "Todo lo que nos ha contado son disparates. En realidad el mundo es una placa plana que se sostiene sobre el caparazón de una tortuga gigante".

¿Qué sabemos en realidad del Universo y cómo lo conocemos? ¿De dónde viene el universo? ¿Adónde va? ¿Tuvo un inicio? Y si es así, ¿Qué pasó antes de él? ¿Cuál es la naturaleza del tiempo? ¿Tendrá un final? ¿Podemos retroceder en el tiempo? Avances recientes de la física, que debemos en parte a las nuevas tecnologías, sugieren respuestas a algunas de estas antiquísimas preguntas. Algún día, estas respuestas nos parecerán tan obvias como que la tierra gire alrededor del sol... o quizás tan ridículas como una torre de tortugas. Sólo el tiempo (sea lo que sea) lo dirá.

Brevísima historia del Tiempo
Stephen Hawking / Leonard Mlodinow.

viernes, 10 de abril de 2009

Primer viaje

Combarro (Pontevedra):




... y Santiago de Compostela...







viernes, 3 de abril de 2009

Génesis

Entonces era el caos,
la sombra en desmesura. Apenas el vacío
al borde de la nada. Sopor de los abismos.

¡Soledad! ¡Soledad!

Y tú en el umbral empujaste las sombras,
milenios de silencio, baldías soledades.

Anulaste la nada.

Buscaron las galaxias posibles horizontes
y hallaron los planetas sus órbitas precisas.

Después comenzó el amor
y surgió el alfabeto, el ángel de la música
la flauta de los vientos.

El beso inventó unos labios
y fue posible la miel en los panales,
los ritos de la zafra, las uvas moscateles.

El deseo se hizo carne
y el fuego ardió en asombro ritual sobre la tierra,
fecundó los volcanes, habitó cada estrella.

Y, ya a merced del gozo,
desplegado oleaje de piel salobre y húmeda,
inventaste los mares, sus crestas, sus abismos,
y juntos navegamos el altamar del éxtasis.

Todo lo fue creando el germen de tu aliento,
toso edén, fue posible a partir de tu tacto.

Después dijiste: olvídame,
y creaste tus mitos y leyendas.

Flor de Alba Uribe.

jueves, 2 de abril de 2009

Barroco en música

Centrándome en los finales del siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII voy a nombrar algunos de los nombres más importantes de la música. Era la misma época que los españoles contra los índios en Nuevo México, la misma que Pedro el Grande, un zar que lanzaba perros desde lo alto de su castillo para su mera diversión; Isaac Newton publicaba su “Principia Mathematica”, y se extiende la dinastía Hausburgo de España.
Culturalmente se conoce como la época del Barroco, a todos nos han enseñado sus caracterísiticas en el resto de las artes (¿por qué la música nunca estuvo incluída en el progama? Supongo que con las demás ya teníamos bastante a los dieciéis años). Los ornamentos era lo que saltaba a la vista de algunos cuadros, también en la escultura y la arquitectura; sobre el conceptismo que vino después de enterrar al pesimista de Quevedo. Los contrastes y las sombras de Rembrandt, las obras rimantes de Lope de Vega, las formas Caravaggio, los pobres mundanos retratados de Murillo y Zurbarán.
Llegaron los filósofos y le dieron el principio del fin al giro que dará la historia a partir de este momento, declarando la necesidad de educar a la población y un nuevo movimiento social terminará con la hipocresía de los ricos y la rebelión de los pobres con el auge de la Ilustración. No obstante fue la mísma época ésta la de Luís XIV, (siendo Jean-Baptiste Lully el Compositor de la Corte por cierto), que seguía imponiendo su absolutismo desde Versalles, aunque poco le quedaba de vida a este método monárquico en cuestión.
Socialmente la gente se había empezado a zafar ya desde el 1600 de los moldes exigentes impuestos por la iglesia y una mayor libertad se respiraba entre el pueblo, aunque la nobleza siguiera terca con sus castigos y leyes; Ya se apreciaba éso por las obras que la gente leía, compraba, admiraba, aprendía o difundía. Como se respiraba ya en el teatro de las calles o en libros anónimos que hacían graves críticas contra las élites…

En música no iba a ser menos. De los recitativos eclesiásticos y el canto gregoriano se pasó a crear música con nombre y apellidos, una música que por primera vez transmitía emociones y sentidos. Se desarrolló la armonía y la teoría musical, y aunque los compositores seguían al servicio de la Iglesia y de su Dios, y de los príncipes que habían de recibir de bienvenida siempre una nueva composición; buscaban e innovaban para el mayor disfrute de ellos mismos y del público, fuera rico o fuera pobre, que a lo mejor tendría la oportunidad de escucharlo en las iglesias, o en pequeñas salas de nobles. (Pero también por la gracia de Dios).
Nacía la orquesta (aún llamada de cámara), a partir de los conjuntos de cuerda renacentistas, mejorando su sonido y afinación. Era el esplendor de los instrumentos de cuerda, la viola de gamba, y el clavecín. También se añadía protagonismo a algunos instrumentos de viento (sobre todo en Bach). Las composiciones eran horizontales, contrapuntísticas, más que una melodía sobre los acompañamientos, la música es muchas melodías, cada una en su línea, con un Basso Continuo que señala el pulso y compás y los acordes fundamentales que guían a las otras notas. Las obras, como en la pintura y los libros, se cargan de ornamentos, de notitas que dan rodeos a las otras: mordentes, trinos, gruppetos. El clavecín, daba igual que no se oyera. Formaba parte de la orquesta, y era en donde generalmente se situaba el compositor para dirigir al resto.
Predecesores de los compositores que nombraré contribuyeron a crear una música significativamente superior en tanto que transmitía, emocionaba, escribiendo en géneros antes desconocidos, cantatas, oratorios, suites, y óperas Siendo Monteverdi el primero en componer una ópera tal como se conoce hoy a este género.

La suite es por excelencia el género musical que surgió durante el Barroco. Era una forma que albergaba una serie de danzas para el baile. Cada danza de una forma y movimiento distintos, alternantes en ritmo y compás.

Ya os conté que en el mes de junio del 2007 se había descubierto una partitura desconocida de Johan Sebastian Bach que había permanecido hasta entonces, curiosamente, en una vieja caja de zapatos (http://www.fotolog.com/adagiosostenuto/27396993). El principio de una bonita historia.
A Bach (1685-1750) me lo imagino gordo y con el pie pequeño, más que nada porque así lo han pintado en sus retratos de vejez; muy religioso y muy trabajador. Seguramente ésa era una caja de zapatos pequeña y sin zapatos dentro, sólo papeles y entre ellos una partitura inédita. No sé a qué se debía, pero tenía una profunda y perfeccionista obsesión con la armonía, y escribía música para lo que le mandaban y para lo que no, para enseñar a sus hijos, a sus músicos, a sus alumnos y a quien quisiera él dedicarlo en cuestión (como el caso del conocido álbum –para maría magdalena bach-). Tuvo 20 hijos y sólo cuatro de ellos fueron reconocidos compositores durante el romanticismo (durante ése período de cien años en que a nadie le sonaba el nombre de Johan Sebastian Bach). Fue olvidado el padre de la armonía teórica y la tonalidad, el arquitecto de la música clásica...; hasta que Mendelssohn encontró una de sus fugas (“Todo lo que venimos haciendo y buscando los demás, ya había estado compuesto mucho antes, en los trabajos de Johan Sebastian Bach”). Bach se quedó prendado de los "bajos contínuos" de Albinoni y los trabajó hasta conseguir una técnica en composición que iba a guiar a todos sus sucesores, el contrapunto, y el uso del cifrado armónico. Su música, revaloradísima desde entonces, es la cumbre de toda la música barroca escrita y del pensamiento musical occidental.
Entre sus contemporáneos encontramos a Händel (1685-1759), de casi la misma edad y parecidos físicos, también nacido en Alemania, sólo que en lugar de quedarse emigró a Inglaterra y se convirtió en compositor inglés, continuando las obras de Purcell y de Elgar. Murió en Londres, en una vieja casita de la calle Brook cerca del centro donde tengo la suerte de haber estado (ahora un museo vacío con el sonido de la champions league en la entrada – porque no es la música original de la champions, sino la música que Händel escribió para el sacerdote Zadok (Zadok, the priest)), ¡si supiera el hombre que ahora se usa para tal fin!. De la misma época no podemos olvidar a Vivaldi (1678-1741), “il prete rosso”, llamado así porque era cura y era pelirrojo, y además de músico, fue profesor. Se enamoró sucesivamente de cada una de sus alumnas, y tuvo serios problemas y acusaciones por ello. A pesar de ser considerado uno de los precursores de la música romántica, cayó en el olvido después de morir (en Viena), qué raro, y es tanta la ingratitud que Italia tuvo con él que no aparece en los libros de música de la época.
Rameau y Scarlatti más bien fueron famosos por sus obras para clavecín, el abuelo del piano. Éste último, de nombre Domenico, estuvo viviendo en España y Portugal una buena temporada. Su música es nombrada en una de las novelas de José Saramago.
Y finalmente, nombrar a Pachelbel (1653-1706), después de todo este cuento sobre la olvidada música barroca que a mi gusto es la mejor de la música académica, os dejo porque me voy a escuchar su famoso y precioso cánon (en Re mayor), versión lenta.

En algún momento me distraje, me caí del mundo, y ahora no sé por dónde se entra.

WELCOME

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A little bit of music and other skills.