"Con la vejez las ambiciones se reducen enormemente, los proyectos se acotan, y el plazo para planear es mucho más corto. Me han dicho que puedo morirme de otra cosa y no del corazón, pero yo sé que no puedo hacer planes a diez años vista, no es sensato. Por otro lado, el tiempo cunde menos, uno no puede abarcar tanto. Lo sensato es limitarse, ir dejando caer las hojas y quedarse desnudo, como los árboles en invierno."
José Luis Sampedro, 1995.