Firmaba con este nombre para poder publicar sus libros. En una época en que todavía una mujer no podía publicar un libro, ni divagar sus ideas, ella vestía ropa masculina, y fumaba cigarrillos.
En el siglo diecinueve, éste fue el seudónimo de Aurore Dupin. Fué una mujer valiente, hija de aristócratas, y una excéntrica que aprovechó en vida para relacionarse con nobles, pintores, músicos y escritores. Una romántica, un tanto feminista, que defendió el amor libre, y fué beligerante contra la Iglesia; Escribió varios textos en las revistas más relevantes, acerca de política o críticas literarias. Entró en movimentos progresistas del momento, dejándose amar con pasión por tantos hombres como novelas publicó (ciento cuarenta), entre ellos, los más ilustres del momento.
Cabe decir que todas estas facilidades tienen mucho que ver con la fortuna que heredó de su abuela, claro está. Que una mujer sin dinero no habría podido divorciarse joven en aquella época y lanzarse a la piscina como novelista y crítica intelectual, al menos no era fácil siendo mujer. Pero ella era baronesa. La baronesa Dudevant.
Amigos tuvo muchos, Eugène Delacroix, Victor Hugo, Franz Lizst, Honoré Balzac, Gustave Flaubert, Heinrich Heine, Alejandro Dumas, Julio Verne. También tuvo enemigos. Muchos, seguramente. Todos aquellos que no hacían migas con una mujer escandalosa. Baudelaire, sin ir más lejos, escribió...: "Es estúpida, pesada y charlatana. Sus ideas sobre moral tienen la misma profundidad de juicio y delicadeza de sentimiento que la de esa clase de mujeres mantenidas... El hecho que haya hombres que se puedan llegar a enamorar de esta puta es verdaderamente una prueba de la humillación de los hombres de esta generación".
Luchó por los derechos y la igualdad de las mujeres en un contexto machista. A quienes les parece raro que una mujer se atreva a defender el libre albedrío en esta época lo han llamado sexoadicción, ¿pero era una verdadera sexoadicta? ¿Quién ha definido los parámetros, los límites que separan la libre expresión sexual de la enfermedad? Si lo era, lo han sido también Virginia Woolf, Edit Piaf, Alma Malher, Colette, la reina Isabel I de Inglaterra o Catalina la Grande... con el mismo motivo.
Fue en vida aplaudida por la crítica francesa y admirada por muchos (aunque no por los mallorquinos*) por otros fue acusada de ninfómana empedernida y bisexual, y en muerte pasó a la leyenda y la paradoja.
Alguien dijo de George Sand: "
No es hombre ni mujer, sino un ser que piensa". Esta frase define perfectamente a esta legendaria mujer, sensata y consciente, que defendió la pasión ante los convencionalismos impuestos. Su ingente obra publicada en forma de novelas, cuentos, teatro o artículos periodísticos es reivindicada hoy en día por amplios sectores de la intelectualidad más vanguardista.
* Con Fréderic Chopin mantuvo una relación casi maternofilial ya que más bien cuidaba ella de él (del pobre y enfermo Chopin) durante los años que fueron una especie de pareja, y cuando la relación se enfrió, se despidió de él en una carta que decía "adiós, mi amigo". Ella, su amante músico y sus dos hijos frutos de un matrimonio anterior, viveron una temporada en Valldemosa, Mallorca. Allí escribió
Un hiver à Mallorque, para contar sobre su estancia en el pueblo. Al parecer la crítica no es positiva, tachando de ignorantes a los campesinos que allí vivían, no hablan francés y apenas castellano y no podían entender que una mujer vistiera así, fumara, y vivera con otro hombre que no era su marido, y que pasaba las tardes tocando el piano como loco, o viendo fantasmas. La creían una bruja. Para George esta estancia no fué fácil...
"...
No podeis figuraros cuán molestos estaban estas buenas gentes, porque George Sand no se habia dignado asistir a la ceremonia de la mañana. El cura, sobre todo, que había administrado el agua bendita, estaba realmente mortificado. Por cierto, me dijo que esta señora francesa no habla con alma viviente, no sale nunca de la Cartuja y no aparece jamás en la Iglesia, ni los domingos, acumulando así sobre su alma, Dios sabe cuantos pecados mortales. El boticario dice que la señora hace cigarrillos como nadie,toma café a todas horas y no hace mas que escribir y fumar. No creo exagerar diciendo que desde el intento de insurreción carlista causado por el campanero de Manacor en 1835 y que costó la cabeza al pobre diablo no hay ningún otro acontecimiento que haya producido tal sensación...."
De Carlos Dembowski, quien la visitó como mensajero en Valldemosa.Qué queréis que os diga, a mí me encanta esta mujer. Sólo porque fue capaz, se equivocara o no, de mostrarse tal como era, de marcar la diferencia, de liberarse de la tradición y de haber luchado contra la hipocresía. En París se pueden visitar sus cuadros, sus objetos personales, cartas y escritos originales en una casita bajando desde Montmatre, convertida hoy en el Museo de la Vida Romántica.